Las cicatrices producidas por el acné son una consecuencia inevitable en personas que sufren o han sufrido de acné, son lesiones que tienen una alta carga biopsicosocial, hay sentimientos de angustia y depresión, estigmatización, vergüenza y complejos que afectan en muchas ocasiones la calidad de vida de las personas.
Como la causa de las cicatrices es el acné, debemos saber que el acné es una enfermedad inflamatoria que se presenta en el 80% de las personas entre 11 y 30 años, puede persistir en la edad adulta hasta en el 5% de los casos y las cicatrices se presentaran hasta en el 95% de los casos. Teniendo en cuenta que estas secuelas cicatrízales se presentan en la mayoría de los pacientes, es de suma importancia realizar un adecuado tratamiento para todos los tipos de acné que se presenten, haciendo hincapié en el acné inflamatorio moderado a severo.
En la fisiopatogenía de las cicatrices del acné participan varios mecanismos, el primero es la inflamación que genera daños en las capas profundas de la piel (dermis) y alrededor del folículo pilosebáceo, conforme aumenta la inflamación aumenta la producción de sustancias como citoquinas y sustancias que destruyen el colágeno que generan daño en la matriz, conllevando a una reparación alterada de la piel y por ende la formación de cicatrices.
Hay varios factores de riesgos que aumentan la probabilidad de tener mayores secuelas cicatrízales:
- Acné Inflamatorio moderado a severo.
- Tiempo transcurrido hasta tener un tratamiento eficaz para el acné.
- Recidiva después del tratamiento.
- Antecedentes familiares.
En conclusión, las cicatrices se producen como consecuencia de un proceso inflamatorio como el acné, y un proceso alterado en el proceso de cicatrización. Se presenta generalmente en el área facial y el tronco.
Las cicatrices de acné se clasifican en atróficas (pérdida de volumen) e hipertróficas (ganancia de volumen).
Las cicatrices atróficas son las más comunes, se forman por pérdida del tejido colágeno y se localizan frecuentemente en el área facial. Estas cicatrices se subclasifican según su amplitud, profundidad y forma, en cicatrices:
- picahielo: cicatrices en forma de cono, hoyuelos puntiagudos.
- rodantes o tipo rolling que dan un aspecto ondulado a la piel.
- tipo cajón o rectangulares que son similares a las cicatrices por varicela, redondeadas, bien definidas y la profundidad varia.
Para hacer el diagnóstico de las cicatrices solo se hace con el examen físico o revisión de cada paciente por parte del dermatólogo, no es necesario realizar exámenes adicionales.
En la actualidad hay diversos tratamientos para mejorar el aspecto de las cicatrices entre los que tenemos: microdermoabrasión con puntas de diamante, peelings químicos, láseres ablativos como el CO2 o Erbio, terapia con microagujas, subsición, rellenos dérmicos con ácido hialurónico, radiofrecuencia fraccionada, entre otros.
Todos los tratamientos se usan de forma combinada y se personalizan de acuerdo al tipo de cicatrices que presente cada paciente. Es importante resaltar que no hay mejoría del 100%, lo que se logra es dar a la piel una apariencia mas uniforme y cicatrices menos visibles.
Es de vital es de vital importancia hacer tratamientos precoces ante la aparición del acné y así evitar estas secuelas cicatrízales que afectan considerablemente el bienestar de los pacientes.
Dra. Leidy Patricia Zúñiga
Dermatóloga
RyZ Dermatech