La pitiriasis versicolor (PV) es una infección micótica cutánea superficial, ocasionada por levaduras del género Malassezia. La PV tiene distribución mundial, afecta a todas las razas y la mayor prevalencia se presenta en zonas tropicales y subtropicales, donde se presenta un clima húmedo y caliente que favorece a la colonización de este tipo de hongo. Por otra parte se presenta en cualquier edad; sin embargo es más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes sin predilección por género con un aumento de la incidencia entre la segunda y cuarta décadas de la vida.
La manifestación clínica, se presenta con lesiones maculares discrómicas (manchas con trastorno en la pigmentación de la piel), con escama furfurácea (descamación en finas laminas) en la superficie, la afectación es principalmente en tronco y extremidades superiores, sin embargo puede afectar otras áreas de la superficie corporal e inclusive ser diseminada. Por otra parte el cuadro clínico en general es asintomático, pero en algunos pacientes puede ocasionar prurito leve, también se puede comportar con una evolución crónica y recidivante, pero por lo general el principal motivo de consulta de los pacientes es por el aspecto estético que generan las lesiones dermatológicas de la PV.
El diagnóstico se realiza básicamente por la clínica y en ocasiones se puede apoyar con métodos auxiliares como por ejemplo la luz de Wood (luz ultravioleta) , en la cual las lesiones aparecen a la fluorescencia color dorado o amarillo verdoso. Otro de los estudios de extensión útiles es el micológico directo , el cual consiste en un examen directo de la lesión cutánea mediante el raspado de la piel que es posteriormente colocada en un portaobjetos donde se agrega hidróxido de potasio (KOH) al 20% y se tiñe con tinta Parker azul, azul de metileno o la tinción de Albert , lo que permiten la observación de las estructuras micóticas que se tiñen de color púrpura y que son observadas con la microscopia de luz.
La gran mayoría de los tratamientos indicados que existen para PV son efectivos cuando se usan de forma apropiada y dirigidos por un médico dermatólogo . Algunos producen remisiones a más largo plazo, pero en ocasiones la recaída y el curso clínico crónico pueden existir. Los antifúngicos tópicos son el tratamiento de primera línea, mientras que los antifúngicos sistémicos se reservan para casos muy extensos o recalcitrantes al tratamiento tópico.
Dr. Cristian Rocha
Médico Dermatólogo
RyZ Dermatech