Dermatología clínica y terapias emergentes: realidades, mitos y lo que aún se desconoce.
En los últimos años, la dermatología ha vivido un cambio profundo gracias a la llegada de nuevos tratamientos biológicos e inhibidores orales para enfermedades como psoriasis, dermatitis atópica, vitiligo o alopecia areata. Sin embargo, con el entusiasmo también aparecen dudas, falsas expectativas y confusiones.
En este blog te explico qué son realmente estas terapias, qué podemos esperar y qué no, para que pacientes y profesionales tengan una visión más equilibrada.
Realidades
- Eficacia comprobada: Muchos de los biológicos (anticuerpos monoclonales) e inhibidores de JAK/TYK2 han demostrado mejoras significativas en síntomas, lesiones y calidad de vida.
- Seguridad monitorizada: Aunque no son libres de riesgos, cuentan con ensayos clínicos robustos y un seguimiento estricto por agencias regulatorias.
- Tratamientos personalizados: Cada vez más se eligen según perfil clínico, genética, comorbilidades y respuesta individual, lo que marca el inicio de la medicina de precisión en dermatología.
Mitos
- “Son la cura definitiva” → Falso. Estas terapias no curan la enfermedad, sino que la controlan mientras se mantienen activas. Al suspenderlas, existe un alto riesgo de recaída.
- “Sirven para todos por igual” → No. La respuesta es variable y depende de factores individuales, incluyendo genética, estilo de vida y adherencia.
- “No tienen efectos secundarios” → Todo medicamento puede tener riesgos. Los más frecuentes son infecciones leves, alteraciones en laboratorio o molestias digestivas, y aunque los eventos graves son poco comunes, requieren control médico continuo.
Lo que aún se desconoce
- Efectos a largo plazo: Aunque los datos iniciales son muy alentadores, se necesita más tiempo para conocer cómo se comportan tras 10, 15 o 20 años de uso continuo.
- Resistencia y pérdida de eficacia: Algunos pacientes responden bien al inicio, pero con el tiempo pueden perder eficacia, obligando a cambios de terapia.
- Costo y acceso: El precio sigue siendo una barrera. No todos los sistemas de salud ni pacientes tienen acceso a estas terapias de alto costo.
- Impacto en la evolución natural de la enfermedad: No sabemos si modificarán de manera definitiva la progresión o solo son un control sintomático de lujo.
Las terapias emergentes en dermatología representan una revolución real: mejoran la calidad de vida, permiten control prolongado y ofrecen alternativas donde antes solo había paliativos.
Pero también hay que decirlo claro: son tratamientos, no curas. En el futuro dependerán de la investigación, la personalización y el acceso justo.
Dr. Cristian Rocha
Médico Dermatólogo
RyZ Dermatech
 
				 
	
