La hiperhidrosis es la producción de sudor excesiva, ó en cantidades superiores a las necesarias para la termorregulación. Es una patología que afecta aproximadamente al 3% de la población general; y si bien no es una enfermedad que genere riesgo para la vida, si puede afectar considerablemente la calidad de vida.
En la hiperhidrosis hay un aumento en la actividad de las glándulas sudoríparas o glándulas ecrinas que son las encargadas de producir el sudor y están concentradas principalmente en áreas del cuerpo como las axilas, tercio superior facial, palmas y plantas. Estas glándulas se encuentran inervadas por fibras colinérgicas del sistema nervioso simpático. En condiciones normales estas responden al calor, stress, y ciertos estímulos olfatorios y gustatorios. Cuando existe una disfunción autónoma en esta inervación se produce la hiperhidrosis, esta disfunción puede ser de origen desconocido (hiperhidrosis primaria) o secundario a factores neurológicos, endocrinos, infecciosos, oncológicos o farmacológicos (hiperhidrosis secundaria).
Se cree que la hiperhidrosis primaria ó focal es de etiología genética, dado que se presenta en varios miembros de la familia (estos antecedentes familiares son evidentes en el 30 al 50% de la población). Por otra parte, la hiperhidrosis focal afecta únicamente a personas sanas, con su inicio en la pubertad y su máxima expresión entre los 20 y 30 años de vida.
La sudoración excesiva es el síntoma principal, pero además a veces se pueden producir otros síntomas como el mal olor (bromhidrosis), por la descomposición del sudor por la presencia de bacterias en la piel que ocasiona situaciones moletas, angustiantes en las personas afectadas.
Para hacer el diagnóstico de hiperhidrosis primaria, se debe realizar una historia clínica detallada con ciertos puntos que nos ayuden a realizarlo:
- Presenta los síntomas por más de 6 meses.
- Localización característica como axilas, manos, pies, rostro.
- Simetría de la transpiración.
- No se presentan los síntomas durante la noche.
- Ocurre al menos un episodio por semana.
- Puede presentar antecedentes familiares.
- Comienzo en la juventud generalmente en menores de 25 años.
- Repercusión en la vida diaria.
No existe ningún tratamiento que pueda detener la sudoración en su totalidad, debido a que esta es una función fisiológica, pero hay disponibles diversos tratamientos que podemos ofrecer a los pacientes para mejorar los síntomas de la hiperhidrosis de los que disponemos:
- Desodorantes especializados.
- Aplicación de toxina botulínica.
- Medicamentos sistémicos.
- En casos severos y refractarios se considerará la simpatectomía la cual no es muy recomendable en la actualidad.
Otras recomendaciones como cambios en el estilo de vida podrían mejorar la sudoración como, por ejemplo:
- Evitar consumo de comidas con mucho picante o especiadas, alcohol o café.
- Usar ropa de algodón.
- Elegir ropa con colores muy claros o muy oscuros para ocultar signos de sudoración excesiva.
- Uso de forros axilares los cuales absorben el sudor y evitan manchas en la ropa.
Dra. Leidy Patricia Zuñiga Correa
Médica Dermatóloga
RyZ Dermatech